...no quería dejar pasar el tema de las alergias en el colegio.
Aunque parece que los colegios se van sensibilizando cada vez más, todavía queda mucho camino que recorrer.
Aunque parece que los colegios se van sensibilizando cada vez más, todavía queda mucho camino que recorrer.
Tengo que deciros que, como al principio estábamos algo perdidos, nos hicimos socios de AEPNAA (Asociación de personas con alergias a alimentos y al látex). Nos resolvieron muchas dudas, nos asesoraron y nos facilitaron toda la documentación* que fuimos necesitando.
Esta ayuda nos vino fenomenal, así que quiero compartir con vosotros los documentos que nos hicieron llegar para facilitarnos la escolarización de la niña así como el enlace a una recopilación de todos los documentos relacionados con este tema que nos hicieron llegar.
El colegio al que van las niñas actualmente es colaborador y no he tenido problemas de ningún tipo ni con la dirección del centro ni con los profesores, pero nuestra experiencia con el primer colegio al que llevé a Ana fue totalmente diferente.
Esta ayuda nos vino fenomenal, así que quiero compartir con vosotros los documentos que nos hicieron llegar para facilitarnos la escolarización de la niña así como el enlace a una recopilación de todos los documentos relacionados con este tema que nos hicieron llegar.
*Podéis consultar y descargar toda la documentación un poquito más abajo*
El colegio al que van las niñas actualmente es colaborador y no he tenido problemas de ningún tipo ni con la dirección del centro ni con los profesores, pero nuestra experiencia con el primer colegio al que llevé a Ana fue totalmente diferente.
Para evitar complicaciones llamé a todos los centros que me interesaban para comentarles las alergias de la niña y que debía dejar en el centro una inyección de adrenalina. Me reuní con la directora y la secretaria del centro que menos problemas nos puso -el CEIP San José de Valderas de Alcorcón- para comentar en persona la situación médica de la niña. Como se nos indicó que entendían la situación y que no suponía ningún problema para el centro decidimos escolarizar a la niña en este colegio.
Volví a concertar una reunión antes de que empezaran las clases para tratar el tema en detalle y aporté tanto a la directora como a la tutora de la niña toda la documentación de que disponía (informes médicos, protocolos de actuación, instrucciones de la adrenalina, la propia adrenalina, el polaramine...). De nuevo todo fenomenal.
Pero llegó una excursión y cuando salían le pregunté a la profesora si llevaban la medicación de la niña. Su respuesta fue que no porque ella no se la iba a administrar en caso de necesitarlo. Le pedí que por favor la llevaran porque era necesario que la niña la tuviera cerca en todo momento, sobre todo si iban a existir situaciones de riesgo (ya que volvían después de comer) y finalmente accedió.
Al poco tiempo me llamó la directora del centro para decirme no se harían responsables de la niña en caso de reacción alérgica y que nadie le iba a administrar ningún medicamento. Les recordé que tenían una carta firmada eximiendo de responsabilidad al centro en caso de desgracia tras la administración correcta y responsable de la adrenalina y que, además, cuando se avisa al 112 el médico nos asiste y asumiendo así la responsabilidad de lo que pudiera pasar, pero insistía en que no actuarían.
Me llegó a insistir para que fuera la propia niña la que cuando sufriera un shock anafiláctico fuera a por la inyección de adrenalina al edificio donde lo guardaban, la solicitara y se la administrara ella misma!!!! Con 3 años!! Que no sabía leer todavía!!! Que no sabe cómo se administra!!! Que si se diera esa situación se estaría asfixiando!!! y que voluntariamente tendría que clavarse una aguja enorme en la pierna y sostenerla con firmeza 10 segundos!!! Repito... Con 3 años!!!!
A partir de aquí todo fue a peor. Llamaron a la inspección porque decían que no les había dado ningún tipo de informe, que de hecho no me conocían, que no tenían por qué tener ninguna medicación y que ni siquiera nos correspondía ese colegio, que nos fuéramos a otro.
La directora me llamaba un día sí y otro también diciéndome que tenía a mi hija sobreprotegida, que tenía que saber que había más niños en el mundo y que Ana no era el centro del universo....
Como pasaban los meses y la situación se estaba volviendo inaguantable, nos pusimose en contacto con el defensor del menor, que nos respondió por correo sin posicionarse demasiado pero habló con el centro y con Inspección. También pedimos ayuda a la asociación AEPNAA, pero la persona que se encargó increíblemente se creyó las mentiras de la directora.
Cuando el inspector solicitaba reunirse con ambas partes para conocer la situación y resolver el conflicto no me avisaban hasta que llegaba el día y el inspector la anulaba por mi ausencia pero uno de esos días me avisaron cuando el inspector todavía estaba en el centro y tuve la suerte de que trabajaba cerca y me dieron permiso.
Cuando llegué la directora fingió no conocerme y ante mi sorpresa le dijo al inspector que no nos habíamos reunido nunca...
... Pero gracias a Dios, las mentiras tienen las patas muy cortas y quedó en evidencia tras un despiste de la tutora de la niña, a la que se le escapó que la directora le había dado la documentación relacionada con la alergia de la niña y que la tenía en la clase.
El inspector requirió toda la documentación que habíamos llevado al colegio, y cuando la revisó y comenzó a preguntar se dio cuenta de la verdad, dejando claro que mi actuación había sido correcta y que la medicación se quedaba en el centro.
La directora intentó varios tejemanejes. Organizó una reunión de profesores y pidió un voluntario para administrar la medicación en caso de necesidad diciéndoles que recaería en él toda la responsabilidad, y claro, nadie quiso asumir esa carga. Menos mal que me enteré de esto por casualidad, porque una amiga de mi hermana era profesora de inglés en ese centro y me lo comentó un día que nos encontramos en el colegio sin saber que yo era la madre de esa niña , así que tuve la oportunidad de explicarle la realidad.
En fin, que disgusto tras disgusto decidimos que no nos compensaba y decidimos cambiar a la niña de colegio en cuanto tuvimos oportunidad.
Afortunadamente el cambio mereció la pena.
Por un lado me dio rabia tener que cambiar de colegio, pero por otro lado todo fue a mejor y ganamos en salud!!
DOCUMENTACIÓN DE INTERÉS:
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Además os da la opción de modificar que necesitéis.
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"Medicación en el colegio"
"Obligación de medicar en el colegio"
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"Protocolo para alumnado con alergias alimentarias y/o al látex"
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Espero que os sirva de ayuda!!
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